El Kung fu Interno tiene como objetivo el fortalecimiento de la salud y la autodefensa; hace hincapié en la combinación de fuerza y flexibilidad y en la cultivación simultánea de ejercicios internos y externos. Su práctica comienza por cultivar el Qi (energía vital) y termina en conseguir el equilibrio y la conservación de la tranquilidad. No sólo implica una constitución física robusta, sino también la connotación de elegancia y profundidad. En vez de ser simples métodos de lucha y puro manejo de puños y pies o la combinación de la fuerza con la destreza únicamente, el Kung fu encierra doctrinas filosóficas y la comprensión de los antiguos grandes sabios de China sobre la vida y el universo aspirando a un estado de vida perfecto y armonioso.